El trastorno dismórfico corporal (TDC), anteriormente conocido como dismorfofobia, es un trastorno en el cual una persona piensa que tiene un defecto físico, o cree que un defecto leve es mucho peor de lo que en realidad es. La persona llega a preocuparse de tal manera con la idea, que ésta la perturba e interfiere en su vida.
Quien padece de un trastorno dismórfico corporal esconde aquella parte de su físico que le preocupa, usando prendas de vestir gruesas, cambiando de postura o usando mucho maquillaje. El trastorno dismórfico corporal también puede hacer que la persona se compare con sus amigos, o con los famosos que aparecen en las revistas.
La preocupación se dirige a un chequeo corporal obsesivo, pellizcar la piel, dedicar tiempo excesivo a camuflar el defecto, ansiedad social, tratamientos y cirugías innecesarias y en ocasiones autolesiones o suicidio.
EMDR y TDC
Se emplean preguntas abiertas a través de las cuales obtenemos información necesaria, por ejemplo:
¿Cuántos años tenías cuando notaste por primera vez el problema?
¿Ha sido siempre la misma zona el motivo de la queja o a veces te focalizas en otras áreas de tu cuerpo? entre otras preguntas.
El fin es obtener la máxima información respecto a que eventos vitales pudiesen haber causado la distorsión de su esquema corporal en conjunto con la aparición de este «yo rechazado». Luego se trabaja con las defensas, las mas comunes son rechazo, preocupación, vergüenza entre otras.
Se realiza la técnica de FloatBack en conjunto con el trabajo de las defensas que genera la imagen que representa a este «yo rechazado».
Al ir reprocesando con estimulación bilateral la persona suele ir sustituyendo las defensas por tristeza, que es la emoción que suele estar detrás generalmente.
En este punto debemos utilizar la técnica de Jim Knipe (2008, págs. 184-188) «Loving Eyes» potenciando las funciones mentales de orden superior y desarrollando una capacidad integrativa.