Los investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) de Suiza han demostrado que las situaciones traumáticas vividas en la infancia se asocian directamente con conductas agresivas en la adolescencia, adultez y por otra parte generan cambios a nivel estructural en el cerebro como alteraciones en la corteza orbitofrontal, la cual sabemos se activa en situaciones complejas para inhibir impulsos o respuestas agresivas automáticas y generar reacciones adaptativas.
¿Pero que cambios producen los eventos traumático a nivel estructural en el cerebro?
1.- Corteza parietal posterior: percepción visual y espacial hipoactivo
2.-Cuerpo calloso mas pequeño.
3.-Corteza temporal: empatía y atención, se observó parcela de células desorganizadas.
4.-Corteza prefontal ventromediana con menor actividad, vinculada a la empatía o imaginar pensamientos o emociones de otras personas.
5.-Amígdala: procesamiento de emociones, repuestas de supervivencia, se encarga principalmente de la formación y almacenamiento de memorias asociadas a sucesos emocionales, donde se encontró deficiencia en conectividad con otras regiones.
Las respuestas violentas impulsivas o automáticas por una parte están estrechamente vinculadas con experiencias traumáticas en la primera infancia o incluso trauma vicario y por otra parte con el cambio estructural y la correlación con la amígdala cerebral, sobreactivada, y el hipocampo hipoactivado, el cual se ha demostrado incluso la disminución en su tamaño, lo que dificulta la asimilación y procesamiento de estas experiencias adversas quedando en la memoria implícita motriz o memoria somato sensorial, la cual está condicionada a la experiencia traumática original y cuando nuevamente se vé enfrentada a una situación similar o la asocie libremente responde de manera automática con la ausencia de reflexión por lo que generalmente son respuestas violentas.
Referencia:
C Márquez, G L Poirier, M I Cordero, M H Larsen, A Groner, J Marquis, P J Magistretti, D Trono, C Sandi. Peripuberty stress leads to abnormal aggression, altered amygdala and orbitofrontal reactivity and increased prefrontal MAOA gene expression. Translational Psychiatry (2013)