EMDR y Catástrofes, el tornado que azotó Dolores Uruguay

En estos días finaliza un trabajo de atención a damnificados; aplicaron un modelo recomendado por la OMS.

Imágenes que llegaban a la mente al cerrar los ojos o «aparecían» de un momento al otro durante el día, voces, gritos, angustia y miedo, todas estas vivencias eran cotidianas en muchas de las personas que sufrieron el tornado de Dolores, el 15 de abril de 2016.

Pasadas algunas semanas del suceso, decenas no lograban dormir y seguían sufriendo el mismo shock que cuando la naturaleza descargó su fuerza sobre la localidad. Vientos de 300 km por hora se habían llevado la vida de 5 personas, habían herido a 200 y destrozado más de 1.000 casas a su paso.

Entonces, entre las miles de personas que se movilizaron para colaborar solidariamente, un conjunto de 20 psicólogos y psiquiatras se agrupó espontáneamente para aplicar una técnica que la Organización Mundial de la Salud recomienda ante catástrofes: EMDR.

«Ante los afectados por el trastorno de estrés postraumático, debe considerarse la posibilidad de derivarlos para que reciban tratamiento avanzado, como por ejemplo terapia cognitivo-conductual o una nueva técnica conocida como desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR)», se lee en el sitio web de la OMS.

El trabajo llevó varias aplicaciones durante los últimos meses y en el transcurso de agosto se realizará la evaluación final, dijeron a El País integrantes de la asociación EMDR Uruguay.

¿Qué es la estimulación bilateral?

¿De qué se trata la técnica? Ivonne Spinelli y Federico Montero, psicólogos del equipo, explicaron que la base está en cómo reacciona el cerebro ante una catástrofe.

«Cuando ocurren situaciones traumáticas donde hay una cantidad de estímulos (de los sentidos, del pensamiento, las emociones y las conductas) que sobrepasan la capacidad de comprender, el cerebro tiene dificultades para procesar la información», señaló Montero.

En consecuencia, todo eso queda almacenado en la mente de forma «disfuncional», agregó el profesional. Es decir, no se procesa como es debido, permanece «dando vueltas» por la mente y se activa de forma imprevista ante estímulos externos aunque la persona ya se encuentre a salvo.

Frente a esto, la técnica en cuestión plantea dinámicas para estimular de forma alternada ambos hemisferios del cerebro e integrar lo que quedó fijado de forma desordenada.

Esto se conoce como «estimulación bilateral» y se realiza con gestos sencillos como mover un dedo de derecha a izquierda y que la persona lo siga con los ojos, o bien que ella misma toque alternadamente un costado y otro de su pecho, o bien con sonidos emitidos a uno u otro de sus oídos.

«Se aplica en un proceso en el que se va llevando a la persona a que se exponga, que tenga contacto con los recuerdos perturbadores y ahí el cerebro va reprocesando dicha información», indicó Montero.

Durante la práctica, la persona plasma en dibujos el peor momento que vivió y le pone un número del 0 al 10 al nivel de perturbación emocional que le genera. Luego, repite la dinámica de estimulación bilateral, vuelve a dibujar y así sucesivamente una serie de veces.

En el caso de Dolores, al día siguiente de la primer intervención las personas manifestaron que habían logrado dormir o se habían animado a hacer algo que sentían que no podían. También se las veía con una expresión corporal diferente, sin tanta angustia y tensión, aseguraron los especialistas.

Los destinatarios fueron 130 personas, entre quienes hubo miembros del personal de la salud que asistió a los afectados y niños y adultos de la localidad que fueron damnificados.

Actualmente, el grupo de profesionales se encuentra procesando el material. Una nueva comunicación con cada uno les permitirá comparar su estado actual con lo que registraron.

Fuente: Diario digital «EL País» S.A. Uruguay. Agosto 13 de 2016

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